El portal ‘La Silla Vacía’, intrigado por la censura sin explicaciones a mi columna en Vanguardia Liberal, se puso a investigar el asunto y descubrió, de una fuente al parecer de la Junta Directiva, que “La molestia radicó en que en una columna lanzó un ‘hijueputa’, eso se sumó a que el uso de calificativos despectivos era continuo y eso no gustaba”.

La molestia que no se tomaron ni ‘La Silla’ ni la puritana fuente consultada, fue la de contextualizar el uso de la expresión. En primer lugar, no es cierto que yo escribí ‘hijueputa’, como lo afirman, sino ‘hp’, para que quedara claro mi enojo por lo que se trataba en el texto y, también, para que personas tan educadas y sensibles como las de la Junta, no se fueran a perturbar.

En segundo lugar, y lo que es realmente importante, en la columna en mención (¡Háganme el hp favor!) destaco los perversos ataques que hacen a la paz los más preclaros uribistas y, en este caso, los de su nuevo ideólogo ‘Popeye’, mano derecha de Pablo Escobar y asesino confeso de centenares, millares, de personas.

En el último párrafo de dicha columna cito la frase de este coach del uribismo junto a mi reacción ante semejante barbaridad. Dice don ‘Popeye’: ‘La verdadera independencia de Colombia es cuando el dictador JMS deje el poder y nos liberemos del peligro de la Paz’. Finalmente yo hago este comentario: ‘¿La paz es un peligro? ¡Háganme el hp favor!’

Creo, sinceramente, que el de la grosería imperdonable, que merece la expulsión para siempre de las páginas de Vanguardia Liberal y de cualquier otro medio que en realidad trabaje en bien de la sociedad, de las buenas costumbres, de la paz y de la patria, es ‘Popeye’. Parodiando al inmortal Jaime Garzón digo que Vanguardia Liberal se escandaliza porque escribo hp en una columna de opinión, pero no se escandaliza con las mentiras ni los negocios del alcalde ni con Uribe y su tenebrosa mafia destrozando la posibilidad real de la paz, que es el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos, eso sí no, eso es folclor.

Como el descabezado fui yo, no ‘Popeye’ ni Uribe ni el alcalde, entiendo que para esa honorable Junta Directiva de Vanguardia es mucho más grave un hp, dicho con razón y sentimiento, que la paz de Colombia.

En este orden de ideas, y para seguir colaborándoles desinteresadamente como siempre lo he hecho, les sugiero que les saquen tarjeta amarilla (ojo, amarilla, no roja, no los vayan a botar) a los de la sección de deportes de su diario que, apenas un día después de mi columna, exaltaron sin sonrojo las groserías de nuestro flamante campeón Rigoberto Urán. Señores, lo que a continuación cito, está escrito en sus páginas en letras de molde: ‘Por sus triunfos y don de gentes se ha convertido en unanimidad nacional y hasta se le permiten y celebran las licencias que se da en el lenguaje, como cuando se le avisó que, según el “fotofinish”, había ganado la novena etapa del Tour, entre Nantua y Chambéry, y su reacción fue: “que h.p. alegría”.

La pregunta que me resta hacerle a la Junta Directiva de Vanguardia es: ¿Por qué ustedes sí pueden escribir ‘hp’ en sus páginas y se unen a la celebración por el uso de la palabrita en boca del viejo Rigo, y si yo lo hago, defendiendo a mi país, que creo que es el mismo de ustedes, entonces ejercen contra mí lo que podría calificarse de brutal violencia intrafamiliar? ¡Háganme el hp favor! (BIS)