“Esta unión entre el más bobo y el más vivo puede parecer risible, pero, en este país, en el que se alzan altares al matón y hasta los que están más jodidos le rezan antes de acostarse, todo es posible”

Los ilustres expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, el primero en representación de un grupo de conservadores que nadie sabe dónde están ni quiénes son, y, el segundo, cabeza visible de más de 250 investigaciones penales, acaban de sellar la unión para reconquistar el poder y reconstruir la patria que dejaron absolutamente destrozada luego de estar ellos doce años continuos en el poder.

De Pastrana, que ya pasó a la historia por su bajo, muy bajo, coeficiente intelectual y por la foto en El Caguán esperando a ´Tirofijo´ que nunca llegó a firmarle la paz, hay poco que decir. Es un tipo que destila rencor, que no puede hilvanar dos frases seguidas y que no produce sino pesar al recordar que de nuestros impuestos sale la platica con la que le pagamos su generosa pensión de expresidente.

De Uribe hay bastante más para mostrar. Es conocido en los círculos delincuenciales como el “precursor del Narco-Estado”, ha sido vinculado a negocios relacionados con drogas en Estados Unidos y ha sido señalado de promover el paramilitarismo y de participar en el diseño y ejecución de matanzas perpetradas por los ´paras´ colombianos, como el caso de la “matanza de El Aro” cometida en 1.997. Su papi, el de Álvaro, fue asesinado debido a sus conexiones con los traficantes de drogas y su hermano, Santiaguito, está preso por los delitos de secuestro, extorsión y asesinato cometidos entre 1993 y 1994 por la banda paramilitar de “Los doce apóstoles”.

Uribe, que también está acusado de ´chuzadas´, seguimientos ilegales, de falsos positivos, del desplazamiento forzado de miles de compatriotas, etc., etc., afectó a los trabajadores con una ley que los hizo trabajar desde las 6:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. por el mismo sueldito, además de rebajarles el pago de horas extras y de días festivos. Adicionalmente modificó el sistema de pensiones, aumentando en dos años el requisito de edad, para mujeres y hombres, y en 300 las semanas para poder acceder a esta limosna.

Pues bien, ese Pastrana insípido, incapaz y casi que inexistente, junto a ese Uribe, patán, peligroso y pecador, acaban de suscribir la “alianza para la reconstrucción de Colombia” en la que hablan, entre otras bellezas, de ´mejoras sociales que demandan la mayoría de la población, para mejores niveles de equidad, salud y educación´. ¿No fue Uribe el cerebro de la Ley 100, que condujo a la catástrofe que hoy vive el sistema de salud colombiano? ¿No fue Uribe, con su Agro Ingreso Seguro, el que le quitó el dinero a los campesinos pobres para regalárselo a sus amigos ricos entre los que estuvo él mismo?

Esta unión entre el más bobo y el más vivo puede parecer risible, pero, en este país, en el que se le rinde culto a la mentira y admiración al verdugo, en el que la inteligencia fue borrada por la estupidez y en el que se alzan altares al matón y hasta los que están más jodidos le rezan antes de acostarse, todo es posible.

Ojalá, esta vez, aparezca la cordura que se nos perdió y seamos capaces de elegir lo mejor para salir de una vez por todas de este triste y oscuro túnel que no parece tener fin. Ojalá

Bucaramanga, noviembre 24 de 2017