“Como a Ordóñez poco a nada le importan las personas distintas a él mismo, sale a las emisoras a blasfemar contra el condón para significar que él es el súmmum de la moral, como si los pendejos fuéramos nosotros”

A Alejandro Ordóñez, honra y prez de la integridad, sacro santo emblema encarnado que inspira a los pecadores para conducirlos por el sendero empinado de la bienaventuranza, faro perpetuo de sabiduría, pureza y piedad, no le gusta el condón.

No son injurias urdidas por nosotros, los impíos; lo dijo él mismo, sin sonrojarse; al contrario, pensando que hacía un chascarrillo de lo más original: “más valores y menos condones” sentenció el catón y sus feligreses seguramente apuntaron la máxima, ojalá en sus cuadernos, de donde se puede borrar, y no en sus deshabitadas cabecitas, en donde suelen quedarse enquistadas estas frases mal habidas y fraudulentas.

Pues, al principio uno se pone trucha y calcula la respuesta a posiciones tan característicamente cavernarias como las que acostumbra este falso profeta, porque uno se preocupa por los embarazos indeseados, que llevan a niños indeseados, que terminan en maltratos y abandonos; o en las mujeres embarazadas y también abandonadas; o en las mujeres violadas y obligadas a parir sin derecho a elegir y tantas otras circunstancias humillantes que suelen resultar de la falta del necesario pero impopular utensilio.

Pero como a Ordóñez poco a nada le importan las personas distintas a él mismo, sale a las emisoras a blasfemar contra el condón para significar que él es el súmmum de la moral, como si los pendejos fuéramos nosotros.

La tuitera @mitiatere, en un despliegue de agudeza, escribió: “La Cabal es la prueba de la importancia del condón” y con esto nos hizo ver una arista tanto o más espinosa que la que ya teníamos de la confusa mirada ordoñezca de este asunto y es la de ver que porque en el pasado todos pensaban como el condenado exprocurador, hoy tenemos aplanados en el congreso personajes tan inexplicables como la Cabal.

De haber usado condón nuestros más cercanos antepasados, nos habríamos salvado de esta atolondrada politóloga uniandina, así como de otras tronchaduras de la política y similares como Paloma, Charo Guerra, Obdulio, Zurriaga, Invercolsa Londoño, el mismísimo Ordóñez, Popeye, Uribe Santiago, Uribe Tomás, Uribe Gerónimo, Uribe Álvaro, Sabitas, Pastrana, el hijo de Rodrigo Lara, los de Galán, el nieto de Carlos Lleras, los curas, los congresistas, los protagonistas de novela, las beatas, Zidane, dios Antonio Vélez, las brujas (malas), los novelistas de media panela, los ilógicos, los anti estéticos y los nada éticos, los hinchas del América y Nacional.

De haber usado condón nuestros más cercanos antepasados, no tendríamos que soportar tanto mentecato alicorado de poder, tanto pelagatos vestido de sacoleva, tanto cuello blanco con guantes negros, tanto saltimbanqui posando de gran señor.

Y como siempre, no le hagan caso a Ordóñez, él es simplemente una prueba más del horror que es negarse al uso del condón.

Bucaramanga, diciembre 01 de 2017