COSAS COMO TÚ
“Alguien dijo, de modo hermoso y certero, que un hombre feliz es aquel a quien sus hijos corren a sus brazos sin tener nada en las manos”
“Soy publicista, contamino el universo. Soy el tipo que te vende mierda, que te hace soñar con cosas que nunca tendrás. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se te caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión nadie desea tu felicidad, porque la gente feliz no consume. Tu sufrimiento estimula el comercio. Para crear necesidades resulta imprescindible fomentar la envidia, el dolor, la insaciabilidad: éstas son mis armas y tú eres mi blanco”
Las anteriores palabras de Frédéric Beigbeder, publicista y novelista francés, muestran el maléfico pero muy efectivo sistema que ideó el capitalismo para manipular a las personas llevándolas a sentirse exitosas, superiores, o por lo menos conformes, sí, y solamente sí, pueden mostrarse como los dueños de muchas cosas, los primeros en tener las nuevas cosas que ofrece el mercado, como los más generosos porque regalan y regalan cosas o como los más amantes y tiernos porque obsequian cosas grandes y costosas así sea que muchos de ellos tengan que vender el alma al diablo o empeñar esta vida, y varias otras, para lograrlo.
Alguien dijo, de modo hermoso y certero, que un hombre feliz es aquel a quien sus hijos corren a sus brazos sin tener nada en las manos; sin embargo, esta cita es cada día menos aplicable puesto que a los hijos, a la novia, a la mujer, a la mamá, a todos, se les enseña que el afecto, el cariño, el amor, no pueden expresarse de otra manera que no sea con las cosas que están de moda.
Ojalá que dejáramos los objetos, volviéramos a lo esencial y demos de lo que somos en lugar de lo que tenemos. No olvidemos que, además de los celulares, los carros y todas las demás cosas, nosotros también estamos aquí para evolucionar, para mejorar nuestro adn, para elevarnos intelectual y espiritualmente pero esto será imposible si en lugar de atender a los sabios maestros con sus principios inmutables, seguimos obnubilados por la mierda que nos venden los publicistas.
N. del A.: Esta columna se escribió el 20 de diciembre de 2013
Buena columna!
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