“Los colombianos ya estamos hartos de corruptos, así tengan como bandera una honradez de la que carecen, porque no solamente es ladrón el que roba de frente sino, también, quien tiene en su propio interés o en el del grupo que lo apoya, el principal propósito a lograr.”

Según el último informe sobre desarrollo humano de la ONU, que mide factores de educación, calidad de vida y expectativa de la misma, tomando como base los ingresos generados en la nación, Colombia alcanzó el tercer lugar del podio entre los países con mayor desigualdad en el mundo, superado tan solo por Haití y Angola. Se reveló, también, que 13,5 millones de almas en este país, la tercera parte de los colombianos, están, o estamos, a punto de involucionar a la condición de primates pues no tienen acceso a servicios públicos básicos y no viven en condiciones dignas.

En el otro extremo, con acceso a servicios públicos, a todos los contratos que quiera, a usufructuar las utilidades del dinero que consignamos en cualquiera de sus bancos, está Luis Carlos Sarmiento Angulo, un colombiano ´ejemplar´ que triplica en riqueza a Donald Trump, según destaca la revista Forbes, especializada en esculcarle vida y bienes a los ricos del planeta.

La riqueza de Sarmiento Angulo no proviene de desarrollos científicos, ni educativos, tampoco del trabajo en el campo ni de inventos para producir elementos que salven al planeta, no, este distinguido compatriota es dueño del Grupo Aval y de Corficolombiana, además de Coviandes -filial del Grupo Aval y Corficolombiana- la empresa que construía el megapuente ´Chirajara´, que se desplomó en la vía Bogotá – Villavicencio, donde murieron 10 personas y no pasó nada, quizás, digo yo, porque en asocio con Vargas Lleras también es dueño de la Fiscalía General de la Nación.

Son muchas más las empresas con las que especula este señor, que se vale de sus apoyos a los más prominentes políticos, para llevarse el dinero de los colombianos entre los que se encuentran esa tercera parte de los que ya no tienen ni en donde caerse muertos. La última de sus empresas que reseño, para no cansarlos, es ´Porvenir´ con la que maneja el 45.6% de los ´ahorros´ que hacen todos los que escasamente pueden para tratar de ganar una pensión de miseria algún día. Pues bien, ´Porvenir´ junto a ´Protección´, que es del sindicato antioqueño, controlan el 81% de los ahorros de millones de trabajadores colombianos.

Cuando Sergio Fajardo, que lideraba las encuestas a la presidencia, salió a defender los intereses de Sarmiento Angulo y del Sindicato Antioqueño y, lo que es lo mismo, a perjudicar gravemente la economía y la calidad de vida de los ciudadanos de este país, diciendo que aumentaría la edad de las personas para tener derecho a su pensión, su favoritismo cayó en picada al tiempo que subió el de Gustavo Petro quien, justamente, se había comprometido a no hacerlo.

Y es que los colombianos ya estamos hartos de corruptos, así tengan como bandera una honradez de la que carecen, porque no solamente es ladrón el que roba de frente sino, también, quien tiene en su propio interés o en el del grupo que lo apoya, el principal propósito a lograr. Eso es hipocresía, engaño y, por supuesto, es corrupción.

Si queremos vivir en un país con las menores desigualdades posibles, en donde una vida digna sea viable para todos, tenemos que estudiar muy bien por quién vamos a votar. Las encuestas, por ahora, muestran que comienza a amanecer.

Bucaramanga, febrero 10 de 2018