“Si jamás han votado o si lo hacen con regularidad, no dejen de hacerlo esta vez porque pueden tener la seguridad de que, si gana ÉL, será el último voto que otorguen en sus vidas”

En estos días, Uribe, por intermedio de su candidato presidencial y a través de Caracol radio, nos envió un mensaje de esos que producen miedo, miedo de verdad.

Palabras más, palabras menos, lo que dijo Iván Duque fue que como ÉL va a ser el verdadero presidente y ÉL, por ser el senador más votado en las pasadas elecciones, va a ser también el presidente del Congreso, entonces ÉL va a propiciar el cierre de todas las altas Cortes y a reemplazarlas por una nueva, una Súper Corte, cuyos magistrados serán toditos nombrados por ÉL.

¿Ustedes se imaginan lo que pasaría en Colombia si una persona con el prontuario criminal que tiene ÉL, puede disponer a su antojo de los tres poderes públicos, el ejecutivo, el legislativo y el judicial? ¿Pueden visualizar lo que sería de este país con ÉL haciendo y deshaciendo desde la presidencia, sin tener la más mínima responsabilidad pues esta recaería sobre su títere? ¿No les dan escalofríos de verlo en el Congreso haciéndose aprobar la venta del territorio nacional y la extracción de oro en nuestros páramos? ¿No les produce picazón verlo manipular el cuórum y las votaciones del legislativo para que le aprueben lo que ÉL, como presidente, les pida?

Si todavía no se espantan con la posibilidad de que ÉL sea presidente por interpuesto títere, ¿se imaginan a sus magistrados de la Súper Corte devolverle la vigencia a la posibilidad de su reelección y que esta pueda ser eterna? ¿Les gustaría que la nueva justicia acabe, como ya lo planteó su títere, con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y nos devuelvan a una guerra y muertes de las que apenas estamos saliendo? ¿Serían felices al saber que la JEP ha muerto y que ya el país no pueda saber la verdad de lo que pasó, incluyendo, claro está y, en primer lugar, todos los crímenes cometidos por ÉL?

Un gobierno, un Estado, conformado como lo sueña ÉL y dirigido solamente por ÉL, sí es una dictadura, de la cual ni nosotros ni nuestros hijos ni nietos podremos liberarnos nunca. Así que, si jamás han votado o si lo hacen con regularidad, no dejen de hacerlo esta vez porque pueden tener la seguridad de que, si gana ÉL, será el último voto que otorguen en sus vidas.

A diferencia de cualquiera otra elección en el pasado, en esta próxima lo que nos estamos jugando los colombianos es todo el futuro, todo, y si nos equivocamos no nos quedará más que morir rumiando nuestra incapacidad y ceguera por haber tomado la decisión errónea en el momento preciso. Y esto, estimados amigos, produce miedo, mucho miedo.

Bucaramanga, abril 06 de 2018