“Una larga, oscura y sangrienta noche nos espera a todos los colombianos. Ser honrado no paga, querer el bienestar de los más necesitados es de estúpidos, pretender una patria justa es la mayor imbecilidad que se le puede ocurrir a cualquier colombiano”

La inversión de los valores en Colombia es tal que ahora, por orden judicial, una senadora debe retractarse por decir la verdad. Asimismo, mientras la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia acusó y llamó a juicio, por bandida, a una senadora, el Consejo Nacional Electoral le otorga por unanimidad su nueva credencial para seguir en el Senado mientras que sacan del sombrero 40 mil votos para dárselos a unos cristianos e impedirle a una mujer santandereana, defensora de los Derechos Humanos, llegar a esta Corporación.

Pero hay más. El nuevo presidente, Uribe, nombró a Nancy Patricia Gutiérrez como ministra del Interior, cartera dedicada a conciliar con los H.P. (Honorables Parlamentarios) los asuntos más importantes del país. Recordemos que Nancy Patricia fue detenida por el delito de tráfico de influencias (requisito indispensable actualmente para ser ministra del Interior) pero, como sucede siempre en esta patria querida, fue absuelta por petición de la Procuraduría que adujo falta de pruebas. Y como si esto fuera poco, la nueva ministra de educación de Uribe es la flamante novia de Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, mundialmente conocido como un falsificador de títulos educativos.

De otra parte, el General Leonardo Barrero, miembro del equipo de empalme del nuevo gobierno de Uribe, incita al dolor y la violencia diciéndonos que no nos alegremos porque en el Hospital Militar no hay más heridos y que nos preparemos porque “vuelve la guerra”. Al mismo tiempo Uribe, el presidente, dice en Twitter que “Santos aplaza la tragedia del asesinato: Se ufana de la disminución del asesinato, (mucho menor que en el periodo 2002-2010). Nos deja el asesinato aplazado…”. Es decir, Uribe, en su nuevo gobierno, pondrá al país al día en heridos, desplazados, huérfanos, viudas y muertos. Pero las matanzas comenzaron hace rato, este anuncio del presidente solo es una formalidad para que quede claro, en esta dimensión atroz que es Colombia, quién es el que manda.

Que los medios de comunicación consideren “un triunfo jurídico” del nuevo presidente, Uribe, la retractación que obliga a Claudia López a decir que el innombrable no ayudó, no promovió y no fue militante de grupos paramilitares, y que no los utilizó para sus particulares intereses y enriquecerse y eliminar a sus competidores políticos, es un exabrupto, porque es la verdad. A este paso cualquiera de nosotros seremos objeto de acoso judicial por decir que el Tino Asprilla es negro, que Abelardo de la Espriella no es ético o que Peñalosa y el títere Duque mintieron en sus títulos. Recordemos, para terminar este capítulo, que Pablo Escobar también obligó a Rodrigo Lara Bonilla a retractarse por decirle narcotraficante.

El fallo del Consejo Nacional Electoral que dejó en firme la elección de Aida Merlano, presa en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá, por los delitos de concierto para delinquir, corrupción al sufragante, fabricación, tráfico y tenencia de armas de fuego accesorios, partes y municiones, además de ocultamiento, retención y posesión ilícita de cédulas, es otra prueba de la inversión de valores en el país que exalta a la categoría de H.P. a una criminal y nos priva del trabajo dedicado y honrado de una mujer como nuestra coterránea Gloria Flórez Schenider.

Una larga, oscura y sangrienta noche nos espera a todos los colombianos. Ser honrado no paga, querer el bienestar de los más necesitados es de estúpidos, pretender una patria justa es la mayor imbecilidad que se le puede ocurrir a cualquier colombiano. Aquí solo vale mentir, robar, hacerse el pendejo y matar. Matar o morir.

Bucaramanga, julio 20 de 2018