“Para el cura Chucho, entender que de la Casa de Nariño van a salir los Santos y a entrar los demonios, fue la razón que lo llevó a patrasearse en el exorcismo”

La sorpresa que me dio el cura Chucho, prelado que es a la religión católica lo que Abelardito de la Espriella es a la justicia, Darío Arismendi a la ética periodística o Ímer Machado a la pureza arbitral en el fútbol, fue mayúscula. Anunciar, en televisión nacional, que Iván Duque y Martha Lucía Ramírez le habían pedido exorcizar la Casa de Nariño antes de la posesión, me dejó, francamente, en tinieblas. (Aquí el anuncio de Chucho sobre el exorcismo)

El primer pensamiento que asomó a mi mente es que es inentendible, incoherente, falto a la más mínima noción religiosa, al más elemental conocimiento político y al menor grado de información en este ignorante país, que alguien, por más uribista que sea, contrate a un cura farandulero para sacar al demonio de un lugar donde, por ocho años consecutivos, han vivido los Santos. La cosa, amigos, es al contrario: van a salir los Santos y van a entrar los demonios.

Para los que no creen que el demonio existe, les tengo malas noticias. El padrecito Jeffrey Grob, vicario de asuntos canónicos y vicario judicial de la Archidiócesis de Chicago, además de experto en la materia tras haber recibido un doctorado en 2007 por una tesis centrada en la revisión del Ritual del Exorcismo, dice que los casos de posesión demoníaca “han aumentado debido a la cantidad de personas que se abren a todo tipo de cosas oscuras”.

Quiere esto decir que si se da una posesión demoniaca es porque el demonio sí existe, ronda los grupos políticos, se presenta al Senado, impone candidato a presidente y vicepresidente, que se prestan mansamente al juego, y, luego, toma el alma de estos para gobernar desde las Guacharacas o las tinieblas, que es lo mismo. El cura Grob deja claro este punto al decir que la posesión del innombrable, “ocurre cuando alguien voluntariamente, y no siempre por ignorancia, se abre a algo oscuro o malvado”.

Para el cura Chucho, entender que de la Casa de Nariño van a salir los Santos y a entrar los demonios, fue la razón que lo llevó a patrasearse en el exorcismo, rito que según los cánones ortodoxos del catolicismo comienza con la Letanía de los Santos. Este cántico, sin duda, habría sido una ofensa grave para los posesos Iván y Martha Lucía que habrían sacado a Chuchito de la Casa de Nari con su cabeza dando giros de 360 grados. (Aquí la reversa de Chucho)

Finalmente, les recuerdo que Francisco, el Papa, dijo lo siguiente: “a esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! “El diablo es mentiroso, es el padre de los mentirosos, el padre de la mentira”.

También, y como si estuviera hablando para los colombianos, expresó que “No existe un Dios de la guerra, la guerra es una obra del “maligno” (del innombrable) que quiere matar a todos”. ¡Vade retro satanás!

Bucaramanga, agosto 06 de 2018