NI EL NIÑO NI EL VIEJO
“No sé si el POT de Floridablanca esté bien o mal, no lo conozco, lo que sí sé es que el “alcalde” de Bucaramanga, el mismo que prometió y cumplió hacerse el pingo con la ilegalidad en la ciudad y engañó a los necesitados de vivienda, necesita una visita urgente al psiquiatra”
Los Planes de Ordenamiento Territorial, POT, creados para regular el crecimiento armónico y ordenado de los municipios, se han convertido, en estas tierras plagadas de mañosos, tramposos y ambiciosos, en vía expedita hacia la riqueza fácil de quienes en mala hora tienen el privilegio de intervenir en sus decisiones y, por supuesto, de aquellos que los terminan aprobando, así las ciudades sean cada día más caóticas y menos vivibles para quienes las habitamos.
Con la excepción de Carlos Virviescas no conozco en estos asolados territorios funcionario alguno que, técnicamente, con sano juicio y amplia visión, haya trabajado eficazmente por una mejor ciudad. Los POT se convirtieron en negocio donde comerciantes e industriales pagan en dinero o especie para que les cambien el uso del suelo y, también, para los constructores que apoyan a candidatos a las alcaldías o se convierten ellos mismos en alcaldes, para jugar al monopolio con el llamado “volteo de tierras”, que no es otra cosa que comprar tierras protegidas o rurales baratas para convertirlas, por arte de una simple firma, en valiosas tierras urbanas.
Y esto es lo que actualmente sucede en Bucaramanga y Floridablanca. El “alcalde” de la primera, según denuncia que puede leer aquí, logró que en el POT de 2015, durante el gobierno de Luis Francisco Bohórquez a quien financió su campaña al primer cargo del municipio, apareciera aprobado como urbano en dicho Plan un “lote ubicado en los cerros orientales, en el barrio Pan de Azúcar a nombre de Hernández Gómez y Constructora S.A., consignado en la escritura 6325 de 1993 de la Notaría 3 con área de 56.464 m2 y según información hasta el año 2015 era de protección rural”.
Pues bien, este “alcalde” ahora acusa al de Floridablanca de hacer lo mismo que él consiguió en Bucaramanga y en carta a la señora vicepresidenta de la República, que además de ser un acoso a tan prestante dama por su rol de madrina matrimonial del joven alcalde vecino, es un monumento al cinismo por cuanto le dice a Marthica: “Considero pertinente que usted conozca estos hechos de primera mano ya que su despacho ha sido designado por el Señor Presidente de la República para, entre otros asuntos, liderar de manera decidida la lucha contra la corrupción y este es un caso de presunta corrupción que hay que afrontar con total determinación desde las más altas esferas del Estado”. (Lea aquí la carta completa del “alcalde” de Bucaramanga a la vicepresidenta)
De otra parte, y para que vayan viendo la joyita que es el de Bucaramanga, el alcalde de Floridablanca ha declarado que el que llegó al poder prometiendo regalarles 20 mil casas a los pobres de la ciudad y no va a hacer ni una, conoció de antemano el POT que se había establecido para Floridablanca, que ” Durante dos días revisó todo el documento y luego de mirar como habían quedado las otras constructoras lo firmó”. Es decir, el que ahora denuncia al otro por aprobar un POT corrupto, lo recibió antes de aprobarlo, lo revisó, lo estudió, le dio la bendición y lo firmó. (Lea aquí lo que dijo el ahijado de Martha Lucía al respecto)
No sé si el POT de Floridablanca esté bien o mal, no lo conozco, lo que sí sé es que el “alcalde” de Bucaramanga, el mismo que prometió y cumplió hacerse el pingo con la ilegalidad en la ciudad y engañó a los necesitados de vivienda, necesita una visita urgente al psiquiatra. Razón tiene, y de sobra, Marthica Lucía al embejucarse con todas estas incoherencias y decirle, por escrito, al “alcalde” búcaro lo siguiente: “No sobra mencionar que resultaría totalmente inadmisible que el desarrollo de este POT o de cualquier otro en el país, esté influido por intereses de constructores, contratistas privados o de cualquier particular”.
¡Al buen entendedor, pocas palabras bastan!
Bucaramanga, octubre 17 de 2018
excelente , don Jairo