“Si este de Bucaramanga, y con estos resultados, es el alcalde estrella de Colombia, estamos asistiendo al reinado de la estupidez”

Días atrás una comunicación del alcalde de Bucaramanga da cuenta de que por primera vez en la historia de la ciudad “un alcalde tiene el apoyo unánime y masivo de todos los bumangueses”. A continuación, copia el gráfico del ´Opinómetro´ donde aparece premiado con el 86% de imagen favorable hacia su persona por parte, supongo, de los habitantes de esta tan manipulada villa.

Lo primero que hay que anotarle al anuncio del mandatario es que está mal hecho porque, gracias a la virgen y a las matemáticas, el 86% de despistados no es la unanimidad: aún queda un 14% paisanos que ven la lamentable realidad de lo que pasa con su ciudad y no son ´vagos con sueldo que necesitan de medicarse´, como dice a quienes tienen el valor de controvertir sus populistas anuncios.

Pero no solamente hay errores matemáticos en las salidas en falso de ´el ingeniero´. Hay toda una serie de desaciertos, manipulaciones, malos tratos, falsedades y un pésimo ejemplo a la comunidad que, harta de la corrupción cierta que viene carcomiendo a la ciudad y al país casi desde siempre, le creyó su discurso de redentor limpio puro y santo y que hoy, después de casi de dos años de mal gobierno y ante inocultables evidencias, se niega a aceptar que fue engañada en modo grave y sigue erigiendo, a la categoría de modelo de moralidad, a un tipo que, para empezar, llegó al poder cabalgando en una mentira descomunal.

Su anuncio de campaña de “Construir 20 mil viviendas sin hacer 20 mil promesas”, respaldado en su experiencia de constructor que todos conocen aquí, solo fue una artimaña para conseguir votos, como el mismo lo confesó a Vanguardia Liberal. (Estafa: cuando se obtiene provecho ilícito para sí o para un tercero, con perjuicio ajeno, induciendo o manteniendo a otro en error por medio de artificios o engaños).

Dijo, también, que no era político y hoy conocemos que fue concejal de Piedecuesta y terminó sancionado. Además, fue férreo defensor del elefante Samper en el proceso 8 mil y financió varias de las campañas políticas de los alcaldes que le antecedieron y que ahora él, ´el ingeniero´, dice a grito herido que son corruptos.

En la ciudad abundan los terminales de moto-taxis y carros piratas, la inseguridad galopa como los resultados de las encuestas por todas las calles; el sistema Metrolínea, que prometió volver de ´estrato 20´, está en absoluta quiebra; de los 25 mil millones que anunció en becas para los estudiantes, no se ha visto ni un centavo, y se inventó un pico y placa que creó un caos total para, después, salir a decir que lo que estaba hecho por sus antecesores corruptos estaba bien.

Como si lo anterior fuera poco, ya claudicó ante el problema de las basuras, dejó sin hogar a los animales abandonados, tiene a varios de sus trabajadores de la alcaldía en tratamiento psiquiátrico por los malos tratos y a la ciudad descertificada por la Contraloría General de la República, lo que implica que a Bucaramanga no le prestarán recursos de la Nación, no podrá cofinanciar proyectos, garantizar operaciones de crédito público o transferir cualquier clase de recursos, distintos de los señalados en la Constitución Política de Colombia. Tampoco podrá acceder a nuevos recursos de crédito.

Si este de Bucaramanga, y con estos resultados, es el alcalde estrella de Colombia, estamos asistiendo al reinado de la estupidez. (Estupidez: se refiere a la torpeza notable en comprender las cosas, a la falta de entendimiento o inteligencia)

Bucaramanga, noviembre 03 de 2017