Bucaramanga a la basura
Algún día tenía que pasar y pasó. Los que pensaron que un clientelista redomado, no pocas veces cortesano y contratista sempiterno -es decir, una de estas lapas que viven del presupuesto estatal, como lo ha sido y lo es ‘el ingeniero’ Hernández-, decía aunque fuera una verdad y que era el superhéroe que iba a acabar con la corrupción, se dieron cuenta de que nada de eso era cierto.
Y los que pensaron que un grupo anodino, bastante inculto y con tendencias no pocas veces censurables, como los concejales de Bucaramanga, iba a mantener a raya los apetitos del alcalde y su grupito élite, o, tal vez, que dejaría en evidencia la incapacidad y el desastre de un gobierno construido sobre 20 mil mentiras despiadadas, pues acaban de confirmar que eso también era falso.
Al impoluto ‘alcalde’ le bastó redactar una carta zalamera y comprarse unas botellas de alcohol de cualquier clase para que esos concejales, de cualquier clase, aceptaran sentarse a una mesa que no fue precisamente la sacrosanta de la última cena sino la primera de una francachela de puestos, puesticos y puestazos a cambio de pupitrear lo que al ‘ingeniero’ y sus pintorescos asesores les de la bendita gana, así se vaya la ciudad a la basura.
No acabó el papa Francisco de enseñar que “el diablo entra por el bolsillo”, cuando toda esta gallada se sentó a manteles con la esperanza, de lado y lado, de que al estrellar las copas caigan a la mesa los doblones que están haciéndoles tanta falta al ‘gobierno’ y a los concejales. Al ‘gobierno’, para desempantanarse de su arrogancia, su ignorancia y su vulgar inoperancia y, a los concejales, para volver a sentir que la sangre les corre por los bolsillos y curarse de la anemia que los tenía azotados.
A esto tenía que llegarse, ‘alcalde’ y concejales, respondiendo a su instinto politiquero y a su ambición de mermelada, comieron, bebieron y pactaron lo único que podía haber peor que lo que ya teníamos: la mediocridad, la soberbia y la ignorancia aliadas para buscar el bien común… de ellos.
“Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: No estoy de acuerdo.” Joaquín Sabina
De otra parte,Jairo,y cuando la reincidencia comprueba la evidencia,,,para la ciudadania Bumanguesa,y talves debido a nuestra herencia genetica y cultural del temor reverencial y miedo escenico……es absoluto pecado mortal y sacrilegio hablar sobre la corrupcion de nuestros propios ,,politicos y gobernantes municipales y regionales………y asi optamos ,con la doble moral a bordo,,,,y para desahogarnos y no envenarnos ……….por descargar las malas energias contra los “fantasmas” de la izquierda nacional e internacional….que por aca no se asoman ni por “las curvas de Pescadero”……haciendo,de paso,una apologia a la masturbacion mental colectiva….
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Hola Jairo.Cordial saludo….Que grato y agradable verlo estrenando tribuna……A proposito del tema actual,,,,,y tomando en consideracion la Ley de la Correspondencia (“Cada pueblo tiene los gobernantes que se merece”..) y aplicandola al alcalde Rodolfo…su presencia como mandatario y y su ausencia como gobernante,obedece en gran parte a la falencia de conciencia critica de sus electores y al tiempo,a la falacia de la esperanza Mesianca……Al final,en Bucaramanga y el resto del pais,,,y ante la falencia de cultura politica-juridica-judicial y electoral de la mayoria de ciudadanos votantes,,,,,ELLOs terminan votando,,,,sin que previamente sepan…..El por que–El para que–ni el por quien votan….ELLOS,fieles a su facil,comoda y simple conciencia ciudadana de papel,se limitan a cumplir ..con los deberes patrios de ser asalariado-contribuyente-votante-creyente e hincha de la seleccion colombia…..Y YA.
Don Jairo, como ya me convencí de que ni el autodenominado alcalde, ni sus asesores de media panela, ni los concejales de medio pelo sirven para un comino, me fui a los paisas a buscar unos nuevos (así fuera de la misma calidad chimba que estos), pero me dijeron que no, que no quedaba ni uno, que ya todos estaban vendidos.
Eso es totalmente cierto, Juan C., ya se los llevaron a todos y bien baraticos que salieron